Sí, es malo. Pero seguimos adelante.
Ahora el presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunciaba que Estados Unidos se retira del Acuerdo de París. ¿Es el momento de entrar en pánico o no pasa nada? Hemos recopilado algunas de las preguntas que contesta Jennifer Morgan, Directora Ejecutiva de Greenpeace Internacional y una de las principales expertas mundiales en políticas climáticas, para explicar lo que significa la retirada de Estados Unidos y lo que no.
¿Qué significa para el clima realmente la decisión de Trump de retirarse del Acuerdo de París?
Estados Unidos es uno de los mayores emisores de CO2, por lo que los recientes actos de Trump de revertir el plan nacional sobre el clima, junto con la retirada de París, hará más difícil mantener el clima bajo el umbral crítico de 1,5 grados centígrados de subida de temperatura.
Una vez dicho esto, la decisión de Trump no determinará mucho lo que pase internacionalmente o incluso dentro de Estados Unidos. Cerca de 200 países, que representan el 87% de las emisiones globales se han comprometido al Acuerdo de París. Lo mismo con el creciente número de Estados, ciudades y empresas dentro de Estados Unidos que han dejado claro que siguen dentro.
Trump no va a ser capaz de detener la revolución de las energías renovables, pero necesitamos responder, como una comunidad global, trabajando aún más para acelerar la acción climática.
¿Cómo de importante es el Acuerdo de París en la lucha contra el cambio climático?
El acuerdo de París es un acuerdo histórico, que define esta generación, la nuestra, que marca el final de la era de los combustibles fósiles. La rapidez con que casi todos los países del mundo se comprometieron con sus objetivos globales fue revolucionaria, y luego además ratificaron el acuerdo, señalando la urgencia de la amenaza a la que nos enfrentamos. Pero es sólo un paso en un largo camino. Lo que importa ahora es cómo cada país implementa el acuerdo y acelera el cambio. París fue sólo el comienzo, no el final de un viaje que nos liberará de la contaminación por CO2. Tenemos un largo camino por recorrer.
¿Significa que la retirada de EEUU ha matado al Acuerdo de París?
¡Por supuesto que no!. El Acuerdo de París está vivo y en buen estado de salud. En la Cumbre del G7, Europa, Canadá y Japón han reafirmado su firme compromiso para aplicar rápidamente el Acuerdo. Greenpeace pide a los líderes mundiales que aseguren que en la próxima Cumbre del G20 salga un compromiso aún mayor.
Trump puede echar hacia atrás parte de las políticas norteamericanas, pero el resto del mundo está mirando hacia delante. Desde noviembre de 2016, cuando Trump fue elegido, al Acuerdo de París se han unido formalmente 76 países más.
Los países siguen comprometidos porque son necesarios para sus intereses nacionales, tanto en términos de prevención de riesgos climáticos como en el aprovechamiento de las oportunidades que ofrece una transición hacia las energías limpias. Y es realmente asombroso ver cómo el imposible se hace posible frente a nuestros ojos. Por ejemplo, la energía solar y eólica son ahora más baratas que los combustibles fósiles sin subvenciones en más de 30 países y las inversiones en energías renovables superan a los combustibles fósiles en nuevas inversiones en generación de energía a nivel mundial.
Un mundo alimentado por energías renovables significa salud y economías sólidas. Como estadounidense, estoy profundamente frustrada viendo al Presidente de Estados Unidos rechazar este paso adelante para simplemente compensar a sus amigos de la industria de los combustibles fósiles.
Así que no, el Acuerdo de París no está muerto. Son las políticas de Trump las que están muertas y las que no están recibiendo las simpatías de muchos países.
Pero, ¿cómo pueden hacer esto los Estados Unidos? ¿Se enfrenta a consecuencias por abandonar el Acuerdo?
Bueno, si Trump realmente logra frenar la lucha por el clima, son los propios estadounidenses los que también pagarán un alto precio. El cambio climático es una amenaza muy importante para Estados Unidos, desde el aumento del nivel del mar hasta las olas de calor extremos y otros riesgos climáticos en todo el país o mayores riesgos para su seguridad.
A corto plazo, la mayor consecuencia para EEUU es política. Los principales países están invirtiendo en un exitoso Acuerdo de París y la retirada de EEUU menoscaba su capacidad para avanzar en sus prioridades de política exterior con esos mismos países.
Tras la Cumbre del G7, varios líderes indicaron que los gobiernos perderían la confianza en Estados Unidos como socio creíble que es firme a sus compromisos, no solo en cambio climático, sino en cuestiones como comercio, seguridad y otros. En realidad minará otras prioridades de Trump, ya que no será visto como socio de confianza.
¿Dónde deja esta decisión a los Estados Unidos?
Trump no representa a todo el país en cambio climático. Ciudades, Estados, ciudadanía y empresas, todos están avanzando y se están asociando a otros países para acelerar la acción climática y la adopción de soluciones.
En términos de su presidencia, es evidente que Trump está cediendo su liderazgo a otros que están aprovechando el tirón para proteger a sus ciudadanos y transformar sus economías a una energía limpia. Estamos presenciando un terremoto mundial y China, Europa y otros lideran el camino.
Después del compromiso de París, solo un país de casi 200 ha decidido retirarse. Esto es lo lejos que está Trump del resto del planeta. Un cambio en el liderazgo mundial y como Estados Unidos se sale de ese mapa. Lideres de todo el mundo, CEOs y personas individuales pueden y están avanzando al futuro.
¿La decisión de Trump significa el resurgimiento del petróleo y el carbón? ¿Qué pasará con las energías renovables?
No. Trump puede ser capaz de frenar la transición a las energías limpias en los EEUU y eliminar por tanto un montón de puestos de trabajo y las oportunidades económicas en el camino, pero no puede detener esa transición. La economía está en su contra.
A medida que la energía solar y eólica se hacen cada vez más baratas, el carbón está sufriendo el impacto en todo el mundo. El año pasado fue un asombroso punto de inflexión para el carbón ya que tres de los países del G7 anunciaron la paulatina eliminación del carbón, la construcción de nuevas centrales se congeló en más de 100 emplazamientos en China e India, continuó la retirada de centrales también en EEUU y la UE. El mundo registró una caída ni más ni menos del 62% en nuevos planes de centrales. El carbón es parte del pasado.
Incluso el mayor “jefe del carbón” en Estados Unidos, Robert Murray, admite que Trump no podrá devolver los puestos de trabajo en la minería del carbón, porque estos empleos se perdieron ante la competencia de las energías renovables. Y, de hecho, solo la solar emplea más del doble de estadounidenses que el carbón. La industria solar y eólica está creando empleos 12 veces más rápido que el resto de la economía estadounidense. No creo que estos sectores y la ciudadanía se queden sentados y esperen a ser arrastrados por las politicas de Trump. Lucharán y pronto Trump tendrá que hacerles frente.
Algunos países están haciendo lo correcto para frenar el cambio climático, ¿pueden estos países liderar los siguientes pasos adelante?
En el Foro de la Vulnerabilidad Climática un grupo de los 48 países más vulnerables al cambio climático, son los que probablemente más tienen que perder. Así que no es de extrañar que ahora lideren la transición a un futuro con energías 100% renovables y estén listos para tomar el liderazgo en el fortalecimiento de sus sus compromisos nacionales bajo el acuerdo de París.
China, por otra parte, es el mayor contaminador del mundo y muy dependiente del carbón. Asi que tiene un largo camino por recorrer. Pero la velocidad con la que China ha comenzado a transformar su sistema energético en los últimos años en enormemente alentadora. El carbón ha alcanzado su punto de inflexión en China. El país ya cuenta con la mayor capacidad instalada de energía eólica y solar en el mundo y se espera que en breve lideren el transporte libre de petróleo con vehículos eléctricos.
Alemania, como presidente del G20 este año, está haciendo lo adecuado al mostrar liderazgo político y asegurar que el cambio climático sigue siendo una prioridad nacional e internacional.
¿Cuáles son los compromisos básicos de los países en el Acuerdo de París?
El Acuerdo de París compromete a todas las partes a iniciar el proceso de abandono de los combustibles fósiles, parar la deforestación y otras prácticas dañinas. Cada país firmante debe elaborar un plan a largo plazo para transformar sus economías, trasladando los flujos financieros de problemas a soluciones y preparándose para los impactos que no se pueden prevenir y apoyando y protegiendo a los más vulnerables.
También se espera que los países cumplan con sus compromisos a escala nacional y que amplíen esa acción cada cinco años para alcanzar el objetivo a largo plazo, una economía “carbono-cero”. El acuerdo es muy claro en el sentido que no se permite ningún retroceso o debilitamiento de las políticas nacionales.
¿Qué pueden hacer los gobiernos para luchar contra la decisión de Trump?
Los líderes mundiales deben mantener el rumbo y acelerar la acción climática. Esto hace daño a Trump porque Estados Unidos se perderá los beneficios económicos de esta transición. De hecho, todos los países deben avanzar hacia una mayor ambición para salvar la brecha que EEUU deja y para demostrar que Trump está equivocado.
¿Qué puede hacer la gente de a pie?
Cada persona importa y debemos tomar medidas, ya sea en la forma que participamos en los debates climáticos, lo que consumimos, con quien hablamos o a quien votamos. El cambio climático es un problema mundial, pero las soluciones deben ser implementadas a nivel local. Hay mucho que puedes hacer en tu día a dia. Debemos mantener la presión sobre nuestros líderes para que intensifiquen la lucha contra el cambio climático y responsabilizar a las grandes empresas y sus directivos por sus acciones.. Greenpeace trabaja para conseguir un mejor futuro para todos, más seguro y más justo.
¿Hay que tener algo de esperanza en un momento tan decepcionante como este?
Las personas que conozco en todo el mundo y que son activos y comprometidos es lo que me da esperanza. Desde el niño que enseña a sus padres, al padre o madre que se comprometen con su voto a elegir los líderes adecuados, directores de colegios que instalan paneles solares en sus tejados es lo que marca y marcará la diferencia. Somos más grandes que los intereses que se oponen a la lucha contra el cambio climático. Tenemos que tenerlo en cuenta. Tenemos que ser optimistas y seguir apoyándonos los unos a los otros, especialmente frente a los desafíos más urgentes. Merece la pena la lucha, por el planeta y por todos los que dependemos de él.