Hoy 22 de mayo celebramos el Día Mundial de la Biodiversidad. Y bueno para hacernos una idea, la biodiversidad implica a todas y cada una de las especies biológicas que nos rodean, desde los carismáticos mamíferos hasta las desconocidas bacterias. Todo en su conjunto compone la masa viva del único planeta donde conocemos que existe la vida, la Tierra.
Nuestra diversidad actual, como la conocemos, se encuentra seriamente amenazada. Hoy estamos frente a la sexta extinción masiva del planeta y la única que ha sido causada por el ser humano. Actualmente, las especies se extinguen más rápido que como lo hacían en la última gran extinción masiva del planeta, la de la era de los dinosaurios. Es decir, hoy podríamos enfrentar el mismo destino de los ex reinantes del planeta y todo se debe a nuestro modelo de vida y los hábitos de consumo que rápidamente han degradado los hábitats, modificado los paisajes y llevando a muchas especies a la extinción.
No es necesario remontarnos miles de años para saber el porqué de estas degradaciones, sólo basta entender cómo desde la revolución industrial, la degradación de nuestros recursos naturales con el objetivo de producir más al menor costo posible está contaminando nuestros suelos, talando nuestros bosques, contaminando nuestros océanos y sobreexplotando los recursos renovables a tal punto que muchos de ellos están dejando de ser eso… renovables.
El cambio climático, ese mismo que se ha puesto en duda por parte del presidente Donald Trump para favorecer mecanismos de producción más agresivos y con mayor generación de ganancia, está poniendo en riesgo a más de 700 especies en la lista roja de la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés). Estas especies podrían desaparecer pronto como un efecto del cambio climático. De ellas casi la mitad de los mamíferos y casi una cuarta parte de las aves en riesgo de extinción.
Y no hay necesidad de ir tan lejos: la sobreexplotación de la totoaba, en peligro de extinción también está poniendo en peligro al único mamífero endémico de México, la vaquita marina. Quedan ya menos de 30 ejemplares y parece ser que será el próximo animal a engrosar la lista de las 49 especies ya extintas en nuestro país.
La negación de los efectos ambientales del cambio climático por parte de líderes tan importantes como el presidente de los Estados Unidos pone en jaque no sólo la evidencia científica acumulada a lo largo de los últimos años, sino también las medidas de mitigación que han firmado los países, como por ejemplo el último acuerdo de París de la COP21.
Hoy más que nunca se hace necesario el compromiso de nuestros líderes mundiales contra las amenazas globales que nos tienen en una crisis de pérdida de biodiversidad pero es importante no dejar a un lado todo lo que nosotros podemos hacer desde nuestras casas, modificando nuestro hábitos de consumo, prefiriendo lo que está mejor hecho que lo más barato, prefiriendo a aquellos que hacen un esfuerzo por el medio ambiente, los que producen de manera local y ecológica. Es necesario entender que todo lo que hacemos en este mundo tiene un impacto directo sobre la biodiversidad, y dependemos directamente de ella para sobrevivir.
